El Centro Internacional celebró 20 años al servicio de cientos de personas que, cada año, vienen en peregrinación a la ciudad donde las seis primeras Hermanas y el Padre Médaille fundaron a las Hermanas de San José, en 1650. Numerosos miembros del grupo que creó el Centro estuvieron presentes, junto con quienes hoy apoyan al Centro, sus programas y las peregrinaciones. También el primer equipo de Hermanas que preparó el lugar, se desplazó para participar en la celebración.
Un grupo de hermanas, asociadas y amigos de la Congregación de St. Augustine (Florida, EE. UU.) realizó una peregrinación de dos semanas en Francia. Antes de llegar a El Puy, visitaron Lourdes, París, Toulouse y Lisieux. Los 20 miembros del grupo estuvieron guiados por la Hna. Rita Baum, coordinadora de las asociadas de St. Augustine y antigua integrante del personal del Centro Internacional.
Este programa atrajo a una gran diversidad de hermanas y laicos provenientes de distintos países (Dinamarca, India, Japón, EE. UU.). Se les ve aquí junto a la tumba de la Madre San Juan Fontbonne, durante su visita de un día a Lyon. También visitaron sitios históricos en El Puy, subiendo, en ocasiones varias veces el mismo día, las colinas del casco antiguo. ¡Fue un grupo muy dinámico!
Nos sorprendió cuando la Hna. Marie Heckman, del Instituto San José, nos contactó para reservar dos semanas en agosto para hermanas jóvenes, africanas y francesas, que se preparaban para sus votos perpetuos; precisó que vendrían con su propia cocinera. ¡Cómo rechazar una propuesta así! Las dos semanas incluyeron un retiro de ocho días y visitas a lugares históricos, muy significativos para las Hermanas de San José. Se respiraba un ambiente de mucha seriedad y fe. Las hermanas venían de Francia, Costa de Marfil y Senegal. El P. Aristide, jesuita de Benín, acompañó al grupo.
Fue un día de celebración. Comenzó con un 4 de julio tradicional, con ‘hot dogs’, ensalada de papas, frijoles y elotes. Las hermanas francesas del Instituto San José (El Puy) fueron geniales al probar este tipo de comida y unirse a la celebración.
Annecy es un lugar hermoso y lleno de vida, y su historia religiosa lo hace aún más extraordinario, especialmente para las Hermanas de San José. Es la ciudad donde Francisco de Sales y Juana de Chantal surgieron para establecer un nuevo movimiento en la Iglesia, que permitía a las religiosas salir del claustro para dedicarse a ayudar a los pobres, a la vez que continuaban viviendo una profunda vida espiritual.
Lamentablemente, a comienzos del siglo XVII la gente no estaba preparada para permitir que las religiosas salieran a las calles para servir a los demás, por lo que el movimiento fue prohibido. Aun así, se imaginó un nuevo concepto, que impactaría a otras mujeres que deseaban servir al prójimo de una manera más activa, sin dejar de lado la oración.
Habíamos prometido a las Hermanas de la comunidad ubicada en la Plaza St. Maurice (cerca de la Cocina) que las invitaríamos al Centro para la comida de “Thanksgiving” o “Acción de Gracias” (cuarto jueves de noviembre, gran día de fiesta en Estados Unidos), pero el Covid se interpuso. Finalmente, este año cumplimos la promesa.
En Francia no existe una fiesta nacional equivalente al Día de Acción de Gracias, así que las hermanas conocieron la historia de los Peregrinos y del Pueblo Indígena, que se reunieron para una celebración de tres días, en 1621. Hoy en día, como se pone el acento en la generosidad y la ayuda de los pueblos originarios, nuestra oración de Acción de Gracias expresa nuestro reconocimiento por la Tierra, el sol, la luna, las estrellas y el Gran Espíritu que vela constantemente por todos nosotros.
Los quince peregrinos de la Congregación de San José recorrieron las calles de El Puy siguiendo las huellas de las seis hermanas fundadoras. Se detuvieron en el puente Tordu, que cruza el río Borne, para tomar la foto del grupo. Uno de los edificios que vieron puede que haya sido el orfanato mencionado en la época de las Hermanas Fundadoras (izquierda, abajo); está situado al lado de la capilla de St. Clair. Hoy en día, sirve de biblioteca en la ciudad de Aiguilhe. Cerca de ahí se encuentra el cuadrado mágico (más abajo).